- Viernes, 01 de Enero 2021
Conoce los pasos básico para iniciar tu emprendimiento conociendo las necesidades de tus clientes y diseñando la mejor propuesta de valor de tu producto antes de buscarlos.
Muchos emprendimientos han surgido producto de la pandemia, ya sea como consecuencia de nuestra necesidad de supervivencia o porque tuvimos la capacidad de activar ese espíritu emprendedor que teníamos guardado, con muchas ganas de salir a flote, pero sin tiempo para enfrentarlo, desde una zona de confort que nos mantuvo algo quietos. Independientemente de nuestras motivaciones, nos hemos puesto incómodos, hemos decidido emprender, y ahora existe la necesidad de ser aceptados por un mercado informado, crítico, exigente y con mucha información disponible en redes.
Entonces, ¿cómo hacemos que suceda? ¿A quién le vendemos? ¿Dónde? ¿Cómo? Con muchas dudas y tareas pendientes, vamos a ponernos en acción:
Empecemos por definir ¿quiénes son realmente nuestros clientes? Empaticemos profundamente con ellos hasta entender dónde están, qué piensan y sienten, qué medios consultan, qué ven, a quiénes escuchan, a quiénes admiran, cuáles son sus reales necesidades. Segmentar correctamente a nuestros clientes nos invita a diseñar mejor para ellos, generar más impacto en nuestras comunicaciones, gastar menos recursos y ser más efectivos en nuestro mensaje. Recordemos que no importa qué tan buenos seamos o cuánto respaldo financiero tengamos, nunca le gustaremos a todo el mundo. Vamos entonces a dirigirnos a aquellos clientes que son nuestra razón de ser, a los que realmente les podemos aportar valor.
Empecemos por definir ¿quiénes son realmente nuestros clientes?
Empaticemos profundamente con ellos hasta entender dónde están, qué piensan y sienten, qué medios consultan, qué ven, a quiénes escuchan, a quiénes admiran, cuáles son sus reales necesidades. Segmentar correctamente a nuestros clientes nos invita a diseñar mejor para ellos, generar más impacto en nuestras comunicaciones, gastar menos recursos y ser más efectivos en nuestro mensaje. Recordemos que no importa qué tan buenos seamos o cuánto respaldo financiero tengamos, nunca le gustaremos a todo el mundo. Vamos entonces a dirigirnos a aquellos clientes que son nuestra razón de ser, a los que realmente les podemos aportar valor.
Diseñemos la mejor propuesta de valor para ellos, los clientes buscan no solo productos o servicios, buscan sobre todas las cosas, experiencias. No tengamos temor en reformular nuestro producto las veces que sean necesarias, hasta llegar a esa propuesta irresistible. El mercado valora los esfuerzos que hacemos por darles lo mejor de nosotros.
Ya sabemos quiénes son y cómo son, ahora vamos a buscarlos. Manejemos una estrategia omnicanal, que consiste en el uso simultáneo e interconectado de diferentes canales de comunicación, con el objetivo de estrechar la relación entre diferentes medios ya sean online u offline ¿Cómo logramos esto? Es vital tener una cuenta de Instagram y Facebook, atender consultar por chats virtuales, mantener el canal WhatsApp activo todo el tiempo y tener facilidades y pasarelas de pago de los bancos con mayor cobertura. Cada punto de contacto con ellos debe ser simple, intuitivo y fácil. Tratemos de llegar a sus influencers, nadie mejor que ellos para ayudarnos a vender.
No le gritemos a nuestros potenciales clientes con publicidad pura y dura, más bien iniciemos un diálogo con ellos a través de contenidos que sean de su interés, que les aporten valor, que puedan consultar y usar, aquello con lo que se sientan identificados. De esa forma, se van a interesar por nuestro contenido, y consultarán naturalmente nuestros productos. Es vital tener y buscar posicionar una marca que haga sentido y que tenga un propósito, que pelee una batalla, recordemos que no solo vendemos productos, sino vendemos satisfacción y experiencias.
Por último, pero no menos importante: perseverancia, resiliencia, prueba y error, ganas de aprender, muchas horas de trabajo, ser auténticos, apasionados y verdaderos, son parte de las actitudes que necesitamos para conducirnos efectivamente en este proceso emprendedor.
La profesora Pretell es Master of Business Administration in General and Strategic Management de la Maastricht School of Management, Países Bajos. Asimismo, es Magíster en Administración Estratégica de Empresas de la Pontificia Universidad Católica del Perú y Bachiller en Economía de la Universidad Ricardo Palma, en el mismo país. Complementando su formación participó en el Colloquium on Participant Centered Learning (CPCL) de la Harvard Business School en Estados Unidos.