- Jueves, 06 de Mayo 2021
Las empresas deben tener mayor consciencia de la escasez del agua.
Desde pequeños aprendemos que el agua nos rodea todo el tiempo, y se vuelve un recurso tan común a lo largo de nuestro crecimiento y madurez, que la idea de su escasez se vuelve remota, y nuestra preocupación por la sostenibilidad de este recurso se vuelve casi nula. Pero cuando sucede un desbalance entre su abastecimiento y la demanda por este recurso, el funcionamiento de nuestros sectores social, ambiental y económico tambalean para encontrar un equilibrio, poniendo en riesgo nuestra estabilidad.
El agua es un recurso intensivamente usado, pero no tenemos tanto acceso a él como creemos. A pesar de que gran parte del planeta está recubierta de agua, el 97% es salada, quedándonos con el 3% que está mayormente en los glaciares. Restándonos algo de 1% de agua, de la cual, según McKinsey & Co., sustraemos 4.3 trillones cúbicos anuales que distribuimos en agricultura (70%), industria (19%) y consumo familiar (11%). Esta situación se vuelve alarmante cuando el recurso decrece anualmente, mientras nuestra demanda va creciendo con el desarrollo de nuestras industrias y población.
Precisamente, sin ir muy atrás en el tiempo, por el 2017, se experimentó en Lima cortes de agua que duraron días por el huaico que se ocasionó en el rio Huaycoloro. Fue durante estos días de desabastecimiento de agua que muchos experimentaron por primera vez la verdadera importancia de nuestro recurso más importante para subsistir, quizás anticipándonos y alertándonos de la necesidad prioritaria de asegurar su correcta preservación para no desencadenar una serie de eventos que rápidamente podrían crear una nueva emergencia sanitaria.
Frente a los potenciales riesgos que su desabastecimiento plantea en el futuro, serán las empresas los primeros agentes en afrontar el stress de su oferta, pero son también los agentes que pueden inmensamente contribuir en su sostenibilidad. El problema hídrico es quizás global, pero el estrés es, muchas veces, localizable. Las empresas deben comenzar a identificar cómo interactúan con las reservas hídricas y si estas se prevén tendrán problemas de abastecimiento en el futuro cercano. Adoptar prácticas responsables en su manejo, e incluirlas como parte de sus indicadores de performance podría ayudar a reducir el estrés en su oferta. Estas son prácticas que Ford, Nestlé o Colgate han adoptado para alcanzar sus metas de sostenibilidad, enfocándose en plantas donde su funcionamiento pone en estrés las cuencas que los abastecen.
El problema del agua viene creciendo, pero no debemos esperar a una declaración de emergencia para reconocer que requiere acción inmediata para solucionarlo. En este contexto, la empresa juega un rol importante en la lucha por el abastecimiento justo del agua.
Artículo publicado en Radio Programas del Perú.
Es Doctor en Administración de Empresas de la prestigiosa Maastricht School of Management en los Países Bajos. Además, obtuvo el título de Doctor en Administración Estratégica de Empresas de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Asimismo, cuenta con un Master of Philosophy de la Maastricht School of Management de Países Bajos. A nivel de posgrado, ha completado un Magíster en Administración de Empresas en la Universidad del Pacífico en Perú, y es Licenciado en Economía por la misma universidad, lo que le brinda una perspectiva amplia y sólida en términos económicos y de gestión empresarial. Además, ha participado en programas de desarrollo ejecutivo de renombre, como el Executive Development Program de la Escuela de Negocios de Wharton en Estados Unidos y el Business Leadership Program de la Fundación Getulio Vargas en Brasil. Además, ha realizado estudios de especialización en el Banco Mundial, el PNUD y Wilson Learning, Asimismo, participó en el Colloquium on Participant Centered Learning (Programa CPCL) del Harvard Business School en Estados Unidos.