- Jueves, 30 de Marzo 2023
Las personas son piezas clave en la integración de la IA en los servicios.
Como un fan de Star-Wars, siempre me han fascinado las interacciones que tenían las personas con los robots en las películas de la saga. Pero uno de ellos, C-3PO, me parece uno de los más interesantes. No solamente puede hablar miles de idiomas, sino que conoce las costumbres y reglas sociales de las distintas culturas.
Aunque quizás esta versión de inteligencia artificial (IA) parezca aún lejana, la influencia que esta ha tenido en el servicio al cliente comienza a sentirse cada vez más presente. Podemos pensar en los aeropuertos donde las máquinas de autoservicio mejoran la rapidez con las que podemos depositar nuestras maletas, o las máquinas de autoservicio en los supermercados que integran distintos idiomas y los distintos medios de pago.
Estas tecnologías se reforzaron durante la pandemia, en donde las interacciones con personas evocaban miedo por un posible contagio y en donde se preferían las estaciones de autoservicio. Sin embargo, ¿estamos listos para un futuro con robots de servicio?
Los consumidores ciertamente valoran el servicio personalizado y ofrecido por otra persona. Por ejemplo, durante una relación comercial, esperamos interactuar con alguien y que nos ofrezca empatía. Sin embargo, el robot no tiene que ser necesariamente una imitación humana o hablar para ofrecérnosla. Volvamos a pensar en Star Wars, donde R2-D2 sin tener un rostro o sin hablar nos ofrece empatía y nos hace sentir cómodos. Un estudio reciente (*) encontró que las personas prefieren interactuar con robots que perciban como seres con sentimientos antes que robots con aspecto humanoide.
A continuación, tenemos la funcionalidad. En un parque Disney, los robots en las atracciones pueden ser curiosos, pero son los que ofrecen una función específica que nos beneficia aquellos que el cliente valora más. Finalmente, no olvidemos que la función de los robots es la de complementar y agilizar servicios. Debemos tener en claro que las personas son piezas clave en la integración de la IA en los servicios. Por tanto, la implementación de estos debe ir de la mano de comunicación y claridad en que sus funciones no son las de reemplazar a las personas.
Es Doctor en Administración de Empresas de la prestigiosa Maastricht School of Management en los Países Bajos. Además, obtuvo el título de Doctor en Administración Estratégica de Empresas de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Asimismo, cuenta con un Master of Philosophy de la Maastricht School of Management de Países Bajos. A nivel de posgrado, ha completado un Magíster en Administración de Empresas en la Universidad del Pacífico en Perú, y es Licenciado en Economía por la misma universidad, lo que le brinda una perspectiva amplia y sólida en términos económicos y de gestión empresarial. Además, ha participado en programas de desarrollo ejecutivo de renombre, como el Executive Development Program de la Escuela de Negocios de Wharton en Estados Unidos y el Business Leadership Program de la Fundación Getulio Vargas en Brasil. Además, ha realizado estudios de especialización en el Banco Mundial, el PNUD y Wilson Learning, Asimismo, participó en el Colloquium on Participant Centered Learning (Programa CPCL) del Harvard Business School en Estados Unidos.