- Sabado, 24 de Setiembre 2022
La autenticidad manda un mensaje claro sobre nuestra identidad.
Como director de distintas unidades, me ha tocado en distintas ocasiones exponer como invitado en conferencias, eventos o seminarios. En alguna de estas oportunidades, he comprado un terno para una ocasión especial que luego continué utilizando en otras conferencias, comentó Percy Marquina, Director General de Centrum PUCP.

¿Su indumentaria refleja formalidad o autenticidad?”
Como parte del ambiente de negocios en el que hemos crecido, se nos enseñó que una primera impresión debía darse con un código de vestimenta formal, la cual hemos obedecido fielmente como parte de nuestro proceso de ascender y avanzar en nuestras carreras.
El atuendo tradicional formal es una opción segura, casi inmune a las reglas de etiqueta con las que selectivamente se juzga a las personas. Casi siempre ha resultado una opción más fácil de elegir para poder enfocarnos en cosas más importantes en nuestro trabajo. Sin embargo, tras los años que nos ha tocado vivir en teletrabajo durante la pandemia por la COVID-19, en los que nos acostumbramos a los polos, pantalones y ropa cómoda, nuestro concepto de tolerancia al confort ha cambiado.
En síntesis, y refraseando lo señalado por Juan Luis, se crece sobre la base de contar con el mejor talento posible en la provisión de servicios legales, ello abarca conocer del Derecho y entender el negocio. Sin ello, es posible que la historia de éxito sea más complicada o, incluso, no se dé.
El código de vestimenta laboral se ha flexibilizado en este regreso a las oficinas, y es una práctica que debemos invitar a hacer a las empresas que aún no han experimentado en aflojar un poco la corbata ocasionalmente. Me resulta cada vez más común ver colegas en otras empresas que realizan publicaciones mostrando la comodidad de sus vestimentas, cambiando los zapatos lustrados por unas zapatillas y las corbatas por un botón del cuello de la camisa desabrochado.
Y la razón va más allá que la búsqueda del confort, sino que se trata de mostrarnos como realmente somos en la oficina. Si lo pensamos bien, esto tiene mucha lógica. La autenticidad manda un mensaje claro sobre nuestra identidad. Y resulta una doble ganancia para las empresas, pues el esfuerzo que les ahorramos a nuestros trabajadores de invertir en alinearse con la etiqueta y a sentirse más cómodos son esfuerzos que podrán dedicar a enfocarse en las cosas que realmente importan en la oficina: su propio desempeño.
Encuentra el artículo de RPP aquí.

Es profesor principal de programas de posgrado e investigador principal en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Es miembro del Directorio de la EM Normandie Business School y de ESDES (Francia), así como de otras instituciones peruanas e internacionales de prestigio. Además, es evaluador para acreditaciones EQUIS, AACSB y AMBA. Actualmente, se desempeña como coordinador de Proyectos de Desarrollo Sostenible y RSE para LATAM en la Cátedra UNESCO.