- Viernes, 19 de Mayo 2023
Comencemos a reflexionar sobre qué es lo que buscamos y nuestros logros
Pedir un ascenso es una de las conversaciones más difíciles de tener. Tenemos temor a ser percibidos como egocéntricos o que no estamos satisfechos. Nos sentimos vulnerables y sin control de la situación, pues nos sometemos a la decisión de nuestros jefes y a su juicio, la cual puede resultar en una respuesta negativa que refleja que no se nos considera preparados.
Sin embargo, en la carrera profesional, requerimos de sobreponerse al temor para llevar a cabo esta discusión. Hay un grado de auto-ascenso del cual debemos convencernos y pensar que, si no lo preguntamos, jamás lo obtendremos. ¿Cómo podemos prepararnos?
Debemos comenzar por reflexionar sobre qué es lo que buscamos. ¿Queremos más responsabilidad?, ¿un mejor salario?, ¿más flexibilidad?, ¿estamos listos para escuchar otras propuestas que sean distintas a lo que buscamos? Cuando hayamos logrado identificar el objetivo, preguntemos a otras personas que han logrado un ascenso cómo lo lograron, pues esto podría darnos algunas ideas de estrategias que funcionen para llevar a cabo la conversación.
En este punto, conocemos nuestro objetivo, por lo que es necesario construir un caso de las razones por las que merecemos el ascenso. Escribamos 1 o 2 hojas con nuestros principales logros en la empresa para demostrar nuestra curva de crecimiento. En esta, debemos de incluir métricas medibles sobre nuestros logros, los cuáles pueden ser cuántos proyectos hemos terminado, logros financieros para la empresa o soluciones a problemas que el área haya enfrentado.
Evitemos ser agresivos. Por ejemplo, si recibimos otras ofertas laborales, estas pueden servir para conocer nuestro valor en el mercado o para nutrir la confianza en nosotros mismos, pero utilizarla como ultimátum podría ser peligroso, pues podría tener un impacto negativo en la relación con nuestros jefes.
Por el contrario, lo que buscamos es mostrar a nuestros jefes que tenemos la experiencia necesaria, el compromiso y la capacidad de mejorar el desarrollo de los productos, procesos o servicios de la empresa. Finalmente, recordemos que no hay peor fracaso que el no haber intentado. Inclusive si la respuesta no es la que buscamos, obtendremos retroalimentación que nos ayudará a mejorar.
Es Doctor en Administración de Empresas de la prestigiosa Maastricht School of Management en los Países Bajos. Además, obtuvo el título de Doctor en Administración Estratégica de Empresas de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Asimismo, cuenta con un Master of Philosophy de la Maastricht School of Management de Países Bajos. A nivel de posgrado, ha completado un Magíster en Administración de Empresas en la Universidad del Pacífico en Perú, y es Licenciado en Economía por la misma universidad, lo que le brinda una perspectiva amplia y sólida en términos económicos y de gestión empresarial. Además, ha participado en programas de desarrollo ejecutivo de renombre, como el Executive Development Program de la Escuela de Negocios de Wharton en Estados Unidos y el Business Leadership Program de la Fundación Getulio Vargas en Brasil. Además, ha realizado estudios de especialización en el Banco Mundial, el PNUD y Wilson Learning, Asimismo, participó en el Colloquium on Participant Centered Learning (Programa CPCL) del Harvard Business School en Estados Unidos.