- Lunes, 01 de Agosto 2022
La pandemia nos ha enseñado que los modelos tradicionales quedaron desplazados por aquellos que ofrecen las ventajas que supone brindar educación a distancia, en los que deberíamos seguir especializándonos.
Frente a las últimas regulaciones que rigen sobre la educación en el Perú que nos invitan a regresar presencialmente a las aulas, creo conveniente hacer una reflexión sobre el efecto en las partes interesadas a quienes servimos.
El futuro de la educación es la inclusión”.
En un mundo cada vez más digitalizado, azotado por una pandemia, desafiado por una guerra y constantemente puesto a prueba con desafíos, cabe poco espacio para la duda de que cada vez resulta más importante la flexibilidad en los ámbitos educativos y profesionales. En tanto el modelo educativo internacional sigue evolucionando, migrando hacia la digitalización semiparcial y en algunos casos total, la presencialidad que requiere que nuestros alumnos tengan que estar presentes en Lima y desplazarse a las sedes resta de oportunidades a aquel que se toma horas en desplazarse desde un distrito lejano, a aquel que trabaja hasta tarde y más aún, a aquel que vive fuera de Lima y buscaba una opción educativa en una región distinta de la cual vive.
Si bien es cierto, la presencialidad dota de beneficios particulares, la semi-presencialidad e inclusive la digitalización proveen la buscada inclusión social que ha cobrado tanta importancia en nuestros últimos años como nación. Al final del día, la pandemia nos ha enseñado que los modelos tradicionales quedaron desplazados por aquellos que ofrecen las ventajas que supone brindar educación a distancia, en los que deberíamos seguir especializándonos, y aprendiendo asimismo de cómo mejorarlos, mientras construimos resiliencia frente un próximo desafío.
Pero esto no se trata solo de sopesar beneficios, sino de brindar oportunidades, de generar y buscar ese ansiado equilibrio social que, como escuelas, podemos ayudar a generar. No obstante, mientras sigamos creyendo que todo tiempo pasado fue mejor, no daremos paso a un futuro prometedor.
Artículo publicado en el Diario Gestión
Es Doctor en Administración de Empresas de la prestigiosa Maastricht School of Management en los Países Bajos. Además, obtuvo el título de Doctor en Administración Estratégica de Empresas de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Asimismo, cuenta con un Master of Philosophy de la Maastricht School of Management de Países Bajos. A nivel de posgrado, ha completado un Magíster en Administración de Empresas en la Universidad del Pacífico en Perú, y es Licenciado en Economía por la misma universidad, lo que le brinda una perspectiva amplia y sólida en términos económicos y de gestión empresarial. Además, ha participado en programas de desarrollo ejecutivo de renombre, como el Executive Development Program de la Escuela de Negocios de Wharton en Estados Unidos y el Business Leadership Program de la Fundación Getulio Vargas en Brasil. Además, ha realizado estudios de especialización en el Banco Mundial, el PNUD y Wilson Learning, Asimismo, participó en el Colloquium on Participant Centered Learning (Programa CPCL) del Harvard Business School en Estados Unidos.