Canción sin nombre nos recuerda siempre lo duro que es vivir en el Perú, pero que a pesar de la desesperanza somos un país que celebra”.

“Canción sin nombre” es una película peruana que ha sabido cuidar cada detalle, cada ritmo musical, cada encuadre para lograr un mayor dramatismo. La narración de la historia combina una fotografía impecable, con una interpretación bastante bien lograda. La historia nos relata una cruda realidad que ya por esos años y en aún en la actualidad se encuentra vigente, el tráfico ilegal de niños recién nacidos. El drama describe dentro de un contexto de pobreza, ignorancia y abandono, el dolor de una mujer que vive en carne propia el drama de perder a su hijo recién nacido. Un problema que además se vuelve más agudo debido a la indiferencia de las autoridades, la falta de acceso a un sistema de justicia y la impunidad por parte los jueces. Además, se destaca del rol del periodismo, el cuarto poder, personificado por un periodista que investiga e intenta descubrir la mafia organizada que está presente en este ilegal negocio.

La historia relata lo duro que es vivir en nuestro país, historia que aún a la fecha se repite en nuestros días. Una combinación de desesperanza, pobreza, abandono e injusticia. Drama que describe la vida de cientos de mujeres que son engañadas y dentro de la pobreza en la que viven tienen además que afrontar un dolor aún más grande; la pérdida de un hijo al que ni siquiera tuvieron la oportunidad de conocer y acariciar.

“Canción sin nombre” nos recuerda siempre lo duro que es vivir en el Perú, pero que a pesar de la desesperanza; somos un país que celebra, que no es triste, que vive profundamente pese a las dificultades.

Artículo publicado en Radio Programas del Perú