- Martes, 11 de Abril 2023
Luciano Barcellos de Paula, PhD.
Director del Centro de Investigación para la Sostenibilidad y la Innovación Social, Centrum PUCP.
Se observa fenómenos meteorológicos cada vez más frecuentes e intensos en varias partes del mundo, y se incrementa la preocupación por los efectos climáticos extremos, como las fuertes olas de calor, los incendios forestales, las lluvias torrenciales y las sequías, lo que provoca un aumento de las víctimas y de las tensiones sociales. Un reciente estudio confirma que estamos en una crisis climática, en que causas globales producen efectos locales. Recientemente, el Ciclón Yaku y el calentamiento del mar han contribuido en la intensificación de las lluvias extremas en Ecuador y Perú, lo que generó huaicos, incremento de caudales, activación de quebradas, pérdidas humanas y materiales. La raíz del problema está en los Gases de Efecto Invernadero (GEI) generados por las actividades humanas, y que se conoce como huella de carbono. Este indicador ambiental mide tanto las emisiones directas como indirectas de compuestos como el metano (CH4), el óxido de nitrógeno (N2O), los hidrofluorocarbonos (HFCs), los perfluorocarbonos (PFCs), y hexafluoruro de azufre (SF6) y, sobre todo, el dióxido de carbono (CO2), lo que más ha contribuido al calentamiento global, producido por la quema de combustibles fósiles, la producción industrial y el cambio en el uso del suelo.
A pesar de los esfuerzos por combatir este problema, se confirma que las emisiones de CO2 relacionadas con la energía aumentaron en 2021 un 6%, alcanzando el nivel más alto de la historia. Para evitar las peores consecuencias del cambio climático, tal y como se establece en el Acuerdo de París, las emisiones mundiales de GEI deberían llegar a cero en 2050. Sin embargo, según los actuales compromisos nacionales voluntarios para el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 13 – Acción climática, las emisiones de GEI aumentarán casi un 14% para 2030. Se añade al problema, el regreso al trabajo presencial después de tres años de pandemia provocada por el COVID-19, lo que genera el aumento de las emisiones de CO2 provenientes del consumo de combustibles fósiles en el transporte y movilidad, gasto de electricidad y uso de materiales, entre otros. En este contexto, los responsables de diversos sectores, como político, empresarial y academia, deben ser capaces de revertir esta tendencia, establecer metas y estrategias con acciones para reducir la huella de carbono en sus actividades, evitando así, un posible colapso de los sistemas ambiental-social-económico en sus países.
Por lo tanto, se recomienda además de conocer la huella de carbono generados por las actividades de las organizaciones tomar medidas para minimizar este problema. En esta línea, la familia de la Norma ISO 14060 puede ser una herramienta útil, pues proporciona lineamientos claros y coherentes para cuantificar, ejecutar monitoreo, informar y validar o comprobar las emisiones y exclusiones de GEI para apoyar el desarrollo sostenible a través de una economía baja en carbono. Como principales ventajas, la norma facilita el desarrollo y la implementación de estrategias de gestión de GEI, y acciones de mitigación a través de reducciones de emisiones. Finalmente, el compromiso en la reducción o eliminación de la huella de carbono es un elemento diferenciador que permitirá satisfacer las demandas de una sociedad global con mayor conciencia ambiental. En este sentido, las organizaciones deben reducir los niveles de contaminación de los diferentes procesos productivos y cambiar las fuentes de energía hacia una electricidad baja en carbono. Así se puede dar un ejemplo a la sociedad a medida que sensibiliza e involucra a las partes interesadas a comprometerse con temas ambientales. Los tomadores de decisión, por ejemplo, deberían priorizar el trabajo remoto, ampliar la oferta de servicios online y aplicar la economía circular en sus actividades.
El profesor Barcellos de Paula además de un PostDoc, posee un Doctorado en Administración de Empresas Sobresaliente cum laude (por unanimidad) y un Máster Universitario en Investigación, Empresas, Finanzas y Seguros de la Universidad de Barcelona, España. También tiene un Máster in Business Administration de la Universidad Politécnica de Catalunya, un MBA & Leisure Management, Business Administration de la EAE Business School en España. Obtuvo su título de Bachiller en Ciencias Económicas de la Universidad Federal Fluminense, Brasil. Realizó el GRI Certified Training Program Spain – on GRI Sustainability Reporting Process provided by BSD Group Ltd. Barcelona, España. También ha obtenido certificaciones en SA8000:2008 – Social Accountability International y BSD Consulting Brasil y en la Norma ABNT NBR 15401 Sistema de Gestión de la Sostenibilidad para medios de hospedaje, Instituto de Hospitalidad, Brasil.